El Observatorio de la Madre Blanca constituye un punto estratégico para la observación de aves que frecuentan uno de los canales principales de la Laguna de Padul. Su diseño integrado en el paisaje permite acercarnos a la vida salvaje sin perturbar su comportamiento natural.
Este observatorio está equipado con paneles que facilitan la identificación de las numerosas especies que podemos avistar desde aquí. Desde el Observatorio de la Madre Blanca podemos observar toda la laguna.
La Madre Blanca, el canal que da nombre a este observatorio, destaca por la claridad de sus aguas, producto de la surgencia de aguas subterráneas. Esta característica atrae a especies como el martín pescador, que aprovecha la transparencia del agua para localizar a sus presas.
Los márgenes del canal albergan una vegetación exuberante donde destacan los juncos, eneas y carrizos. Esta densa vegetación proporciona refugio a especies como la gallineta común, que construyen aquí sus nidos ocultos de los depredadores.
Gracias a su silueta y tamaño podrás reconocer al cormorán grande extendiendo sus alas para secarlas al sol, o a la garza imperial, con sus grandes patas y largo pico, al martinete común en las orillas pescando, o al ánade azulón con su cabeza de color verde metálico, su collar blanco y pecho marrón, el ejemplar macho, nadando junto a la hembra de tonos marrones.
El Observatorio de la Madre Blanca nos ofrece la oportunidad de conectar con el ritmo pausado de la naturaleza. Un espacio donde el tiempo parece detenerse mientras contemplamos el ir y venir de las aves acuáticas y nos dejamos envolver por los sonidos del humedal.